Amoris laetitia
Amoris Laetitia (“La
alegría del amor”) es la segunda
exhortación apostólica post-sinodal del Papa Francisco, firmada el día 19 de
marzo de 2016 - no por casualidad, sino por la solemnidad de san José— y hecha
pública el 8 de abril del mismo año.
El documento trata sobre el amor
en la familia, por ello se hace mención explícita a los esposos cristianos en
la parte que se indica a quien va dirigida.
El Papa hace uso de las
contribuciones de diversas conferencias episcopales del mundo (por ejemplo,
Kenia, Australia y Argentina) y de frases significativas de personas bien
conocidas, como Martin Luther King o Eric Fromm.
Amoris laetitia es un documento
extenso. Consta de 325 párrafos y una oración conclusiva dirigida a la Sagrada
Familia. Dichos párrafos están distribuidos en 9 capítulos, que son los
siguientes:
1.
A la luz de la Palabra: demuestra que la familia no es un ideal abstracto sino un “trabajo
artesanal” que se expresa con ternura, pero que se ha confrontado también con
el pecado desde el inicio, cuando la relación de amor se transforma en dominio.
Entonces la Palabra de Dios “ se muestra como una compañera de viaje también
para las familias que están en crisis o en medio de algún dolor, y les muestra
la meta del camino”.
2.
La realidad y los desafíos de la familia: el Papa considera la situación actual de las familias,
poniendo “los pies sobre la tierra”. Menciona numerosos desafíos: el fenómeno
migratorio, las negociaciones ideológicas de la diferencia de sexos, el impacto
de la biotecnología en el campo de la procreación, la falta de casa y de
trabajo, pornografía, el abuso de menores, la atención de las personas con
discapacidad y la violencia contra las mujeres.
3.
La mirada puesta en Jesús: la vocación de la familia: el tercer capítulo está dedicado a
algunos elementos esenciales de la enseñanza de la Iglesia acerca del
matrimonio y la familia. La presencia de este capítulo es importante, porque
ilustra la vocación de la familia según el Evangelio. Desde esta perspectiva se
abordan los temas de la sacramentalidad del matrimonio, la transmisión de la
vida y la educación de los hijos.
4.
El amor en el matrimonio: trata del amor en el matrimonio, Trata de una colección de
fragmentos de un discurso amoroso que está atento a describir el amor humano en
términos absolutamente concretos. La profundización psicológica entra en el
mundo de las emociones de los cónyuges —positivas y negativas— y en la
dimensión erótica del amor. Se trata de una contribución extremadamente rica y
preciosa para la vida cristiana de los cónyuges.
5.
El
amor que se vuelve fecundo: habla de las implicaciones
espirituales y psicológicas de recibir una nueva vida, de la espera propia del
embarazo, del amor de madre y de padre. Pero también de la adopción, de la vida
de la familia en sentido amplio, con la presencia de los tíos, primos,
parientes de parientes, amigos. El Papa destaca el papel específico de las
relaciones entre jóvenes y ancianos y entre hermanos y hermanas, pues permiten
un crecimiento en relación con los otros.
6.
Algunas perspectivas pastorales: el Papa expone algunas vías pastorales para construir familias
sólidas y fecundas según el plan de Dios. Se recuerda que las familias son
sujeto y no solamente objeto de evangelización.
7.
Fortalecer la educación de los hijos: El séptimo capítulo está dedicado a la educación de los
hijos: su formación ética, el valor de la sanción como estímulo, el paciente
realismo, la educación sexual, la transmisión de la fe, y, más en general, la
vida familiar como contexto educativo.
8.
Acompañar, discernir e integrar la fragilidad: constituye una invitación a la misericordia y al
discernimiento pastoral frente a situaciones que no responden plenamente a
aquello que el Señor propone. El Papa utiliza tres verbos muy importantes,
acompañar, discernir e integrar, que son fundamentales para afrontar situaciones
de fragilidad, complejas o irregulares.
9.
Espiritualidad conyugal y familiar: está dedicado a la espiritualidad conyugal y
familiar. Todo, “los momentos de gozo,
el descanso o la fiesta, y aun la sexualidad, se experimentan como una
participación en la vida plena de su Resurrección”. Se habla entonces la
espiritualidad del amor exclusivo y libre en el desafío y el anhelo de
envejecer y gastarse juntos, reflejando la fidelidad de Dios.

