domingo, 20 de noviembre de 2016
viernes, 11 de noviembre de 2016
Debate
¿Existe Dios o no?
La religión ha acompañado a todos los pueblos para acompañarles en la vida y darle sentido.
Hay quienes creen que existe y quienes creen que están seguros de que no.
No creyentes: han dado muchas razones por las que no creen que Dios exista. Decían que el creador del mundo no fue Dios, sino el Bing Bang. Que los milagros no existen, que es la suerte la que actúa ante las situaciones que mejoren sin ninguna explicación. Muchos creen que la gente cree en Dios por un tema de seguridad y tener algo en lo que creer y que los milagro que se han dicho no son ciertos.
Creyentes: creen que esos milagros sí que existen y una compañera de clase ha dado el ejemplo de cuando su madre tuvo un grave accidente y se recuperó de una manera milagrosa ya que los médicos no tenían una explicación de por qué había despertado. Dicen que las metáforas que salen en la biblia son solo metáforas para explicar los hechos al igual que lo Adán y Eva también es sólo una metáfora porque eso no existió. Debatían que el cielo era un estado de paz y también que la existencia de Jesús está científicamente probado.
Yo personalmente sí que creo en Dios y opino básicamente lo mismo que han dicho los creyentes pero además añado que yo efectivamente como dicen los no creyentes, Dios me proporciona una seguridad de que hay alguien ahí para ayudarme. Pero eso no significa que crea en él para tener una seguridad porque no tendría ningún sentido. Y además apoyo la existencia de los milagros porque yo también he vivido una situación con un familiar que finalmente salió bien cuando no existía ninguna posibilidad. Eso para mí fue un milagro de Dios.
lunes, 7 de noviembre de 2016
Meditación 7/11/
La meditación no sólo es una manera muy buena de relajarse, si no que además también mejora tu sistema inmunológico. también es capaz de agudizar tu memoria.
En la clase de hoy hemos hecho una meditación muy interesante. Comenzaba con concentrarnos en nuestra respiración ya que en nuestro día a día no somos conscientes de ésta. A partir de ahí el profesor nos ha contado una historia en la que teníamos que imaginarnos a nosotros mismos como el protagonista de la historia. Esta trataba de en este caso, yo misma que voy al médico por un dolor fuerte de cabeza y el médico me comunica que tengo un cáncer incurable y que me quedan 2 meses de vida. Después de esa noticia teníamos que imaginarnos nuestra vida a partir de hora y a nuestros seres queridos a los que les contaríamos tal desgracia. Yo pensaba en ese momento en todas las cosas que me faltaría por hacer y que no pude hacer debido a mi enfermedad y en mis seres más queridos. En la historia resulta que suena el teléfono de casa donde el médico se disculpa y comunica que esos análisis no eran los míos, que se habían mezclado con los de otra persona. En ese momento he pensado dos cosas: la primera es que pobre de esa persona que sólo le quedan 2 meses de vida. La segunda es que soy muy afortunada y que nunca habría apreciado tanto mi vida.
Es algo muy frecuente que nos pasa, que no apreciamos ni valoramos nuestra vida hasta que en un momento es como si te la quitasen de las manos. Tenemos la mala costumbre las personas de no apreciar algo hasta que estamos a punto de perderlo o ya lo hemos perdido. Por ejemplo, en el ejemplo de hoy también el profesor nos ha querido decir que no nos dejemos influir por el estrés de los exámenes y apreciemos que tenemos una vida y además muy afortunada.
(Había puesto aquí una fotografía pero blogger no me deja publicar la entrada si ésta contiene una foto)
En la clase de hoy hemos hecho una meditación muy interesante. Comenzaba con concentrarnos en nuestra respiración ya que en nuestro día a día no somos conscientes de ésta. A partir de ahí el profesor nos ha contado una historia en la que teníamos que imaginarnos a nosotros mismos como el protagonista de la historia. Esta trataba de en este caso, yo misma que voy al médico por un dolor fuerte de cabeza y el médico me comunica que tengo un cáncer incurable y que me quedan 2 meses de vida. Después de esa noticia teníamos que imaginarnos nuestra vida a partir de hora y a nuestros seres queridos a los que les contaríamos tal desgracia. Yo pensaba en ese momento en todas las cosas que me faltaría por hacer y que no pude hacer debido a mi enfermedad y en mis seres más queridos. En la historia resulta que suena el teléfono de casa donde el médico se disculpa y comunica que esos análisis no eran los míos, que se habían mezclado con los de otra persona. En ese momento he pensado dos cosas: la primera es que pobre de esa persona que sólo le quedan 2 meses de vida. La segunda es que soy muy afortunada y que nunca habría apreciado tanto mi vida.
Es algo muy frecuente que nos pasa, que no apreciamos ni valoramos nuestra vida hasta que en un momento es como si te la quitasen de las manos. Tenemos la mala costumbre las personas de no apreciar algo hasta que estamos a punto de perderlo o ya lo hemos perdido. Por ejemplo, en el ejemplo de hoy también el profesor nos ha querido decir que no nos dejemos influir por el estrés de los exámenes y apreciemos que tenemos una vida y además muy afortunada.
(Había puesto aquí una fotografía pero blogger no me deja publicar la entrada si ésta contiene una foto)
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